Las tareas asignadas en el salón de clases deben ser cumplidas y entregadas a tiempo. Llegó la hora en que los chicos asuman su papel de alumnos, se familiaricen con las reglas que asigna la maestra o el maestro, aprendan a respetar a sus compañeros y a reforzar el respeto hacia los adultos. Esto es, los chicos aprenden a cumplir reglas al interior de un grupo y fuera de él.
El profesor ya tiene identificados a los alumnos estudiosos, platicadores, participativos, callados, flojos, escandalosos, groseros. Por lo que su llamada de atención a los alumnos está dirigida a mantener el orden y la disciplina que se requiere para que adquieran los conocimientos correspondientes al grado escolar. Pero en algunas ocasiones los padres de familia no están de acuerdo con el recado que está en el cuaderno por “mala conducta”, “no trabaja”, “es un grosero”, etcétera.
La constante comunicación de los padres con los maestros fomenta acuerdos para apoyar a los chicos en su desempeño escolar, interés por la escuela, motivación para realizar las tareas escolares y lo más importante, que el alumno se sienta apoyado y reconocido por los adultos.
Los éxitos más sobresalientes al finalizar los tres primeros años escolares son las operaciones básicas: suma, resta, multiplicación, división y los quebrados; así como la lectura y la escritura.
Es muy significativo para los hijos el acompañamiento de papá y mamá en la elaboración de las tareas; es una forma de interacción que permite la identificación de las habilidades y capacidades, para no exigir más de lo que los chicos pueden hacer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario