domingo, 15 de septiembre de 2013

El juego: empieza la diversión

Una forma en que los padres de familia pueden estimular el crecimiento y desarrollo sano del hijo es mediante el juego. Tanto papá como mamá pueden compartir vivencias con el chiquito: pasarle una pelota y que la devuelva, seguir un objeto con la mirada, empujar un carrito, pedirle que señale a mamá o a papá, jugar con almohadas, ocultar y aparecer juguetes (con una tela), etcétera. El acompañamiento en el juego es una forma de enseñarle a relacionarse con las personas, permitirle que tenga éxitos, enseñarle palabras nuevas, en fin, aprender juntos.

El día de visita a los abuelos (u otros familiares) es el momento para pedirle al pequeño que muestre la “carita de conejo que le enseñó a hacer su mamá”, “cómo hace el perrito”, “baila como papá te enseñó” y otros tantos logros que el niño ha obtenido con la ayuda y participación de sus padres.

Además, alrededor de los ocho meses conoce sin error alguno quién es papá y quién es mamá, por ello, a veces, el llanto ante los extraños. Aunque no es capaz de entender todo lo que le dicen los adultos, con facilidad capta el estado de ánimo de éstos, principalmente de los padres, así que a darle rienda suelta al juego para disfrutar los logros y éxitos del hijo.


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