lunes, 16 de septiembre de 2013

De los 5 a los 6 años: quieren aprenderlo todo

Ahora sí, ¡agárrense padres de familia, viene lo más prometedor! Para entender la conducta de los niños de esta edad, es preciso conocer algunos detalles de su desarrollo. Y, sobre todo, saber que a menudo ellos se sienten mayores, pero justo cuando llegan a creerse adultos, toman conciencia de lo pequeño que son. Esto les resulta muy doloroso y es precisamente lo que les provoca ese carácter tan variable que los hace pasar de la risa al llanto, de la alegría a la agresividad.

Los chicos esperan con gran alegría el cambio de los dientes de leche y la aparición de las muelas no sólo por la visita del “ratón”, sino porque los hace sentirse mayores.

Ahora dominan sus músculos mucho mejor que en los años anteriores, a los 6 años habrán alcanzado su máxima capacidad; hasta entonces se divierten trepando en los árboles, bailando, compitiendo con los compañeros para ver quién es el mejor; en fin, están en actividad constante.

A estas alturas, sus manos han adquirido tal destreza que pasarán largos ratos desarmando juguetes, construyendo aparatejos con piezas pequeñas (carros de fricción, radios, lámparas de mano, etcétera), vistiendo las muñecas, dibujando y coloreando, recortando y pegando.

Han aprendido a utilizar los cubiertos correctamente, algo muy útil teniendo en cuenta el voraz apetito que suelen tener. No obstante, su afán por no dejar de moverse les hará cometer más de una torpeza en la mesa.

Saben manejar con destreza el cepillo de dientes, pero de vez en cuando se les olvida hacerlo después de cada comida. Pueden vestirse y desvestirse solos; algunos necesitan ayuda para atarse las agujetas o abrocharse los botones. No hay que decirles “déjalo, yo lo hago”, sino “te enseño cómo debes hacerlo”. Conviene inculcarles el hábito de colocar su ropa en el lugar indicado y ordenar su habitación.


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