domingo, 29 de septiembre de 2013

Los efectos del uso de alucinógenos a corto plazo incluyen:

  • Alteraciones en la percepción auditiva, tacto, olfato y gusto, así como en la percepción del tiempo (alucinaciones).
  • Alteraciones cardiacas y vasculares: taquicardia, arritmias y disminución de la presión arterial.
  • Inestabilidad emocional: ansiedad, euforia, agresividad e ideas suicidas.
  • Delirios y alucinaciones visuales o auditivas de tipo paranoide (visiones e ideas de ser perseguido).
  • Gastritis, náuseas, vómitos, mareos.
  • Temperatura corporal elevada, pérdida del apetito, insomnio, temblores y escalofríos.
  • Problemas en la coordinación motora, rigidez y calambres musculares.
  • Eventualmente pueden presentarse convulsiones o estados de coma.
  • Visión borrosa por dilatación pupilar.
  • Estados de pánico agudo (“mal viaje”).

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