jueves, 3 de octubre de 2013

Falta de límites o límites difusos

La conducta se regula a través de los límites, que son las normas que definen quiénes participan y de qué manera.

Por lo tanto, en la familia se determinan los lineamientos por los que se debe regir la conducta de sus integrantes.

Un ejemplo del establecimiento de límites en la familia puede ser el manejo de autoridad de los padres, cuando se establece que sólo ellos pueden sancionar a los hijos, restringiendo la participación de
otros familiares (tíos, abuelos, primos, etcétera) en esta tarea.

Otros límites pueden ser las condiciones que deben regir el juego entre hermanos y/o primos como: evitar actos violentos, respetar las propiedades del otro, compartir juguetes, utilizar los lugares autorizados para la ejecución del juego, entre otras.

Cuando los límites no son claros se pueden presentar dificultades, pues si no se especifican las reglas, no se puede esperar que se cumplan.

La claridad impide que se den interpretaciones erróneas, por lo que es importante la constancia para evitar incongruencias; flexibilidad para adecuarse a la etapa de desarrollo en la que se encuentra la familia.

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