El consumo de marihuana no sólo es dañino para el que la
consume. Él también puede convertirse en un riesgo para la sociedad.
Las investigaciones muestran claramente que la marihuana tiene
el potencial de causar problemas en la vida diaria. Un estudio realizado en 129
universitarios reveló que aquellos que habían consumido esta droga entre los 27
y 30 días antes de haber contestado la encuesta, habían disminuido
considerablemente sus habilidades importantes relacionadas con la atención,
memoria y el aprendizaje. Un estudio hecho a los trabajadores del servicio
postal reveló que los empleados que habían dado positivo en las pruebas de uso
de marihuana habían sufrido un 55% más de accidentes, un 85% tenían más
lesiones y un 75% más de bajas en el trabajo.
En Australia, un estudio descubrió que 4.3% de las
tragedias automovilísticas fueron causadas por la intoxicación de cannabis.
Es casi imposible crecer en Estados Unidos, o cualquier
otro país, y no estar expuesto a las drogas. La presión social para tomar
drogas es alta y la información honesta sobre los peligros de éstas no está
siempre disponible.
Mucha gente te dirá que la marihuana no es peligrosa. Ten
en cuenta quién te lo está diciendo. ¿Son las mismas personas que están
tratando de venderte algo de marihuana?
La marihuana puede dañar la memoria de las personas, y
este impacto puede continuar por días o semanas después de los efectos
inmediatos de haber dejado de consumirla. En un estudio hecho a un grupo de
grandes consumidores de marihuana, se les pidió que recordaran palabras de una
lista. Perdieron la habilidad para recordar correctamente las palabras incluso
4 semanas después de haber dejado de fumar.
Los estudiantes que consumen marihuana tienen
calificaciones más bajas en sus estudios y es menos probable que lleguen a la
universidad que los no fumadores. Ellos simplemente no tienen las mismas
habilidades para recordar y organizar información en comparación con los que no
usan esas sustancias.
“El profesor del colegio al que yo iba fumaba tres o
cuatro porros diarios. Consiguió que muchos de los estudiantes empezaran a
fumar porros, incluyéndome a mí. Entonces su traficante me incitó a tomar
heroína, la cual consumí sin oponerme. Para entonces, era como si mi
consciencia estuviera realmente muerta”.
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