Madres frías, poco responsables y poco protectoras con sus hijos, que les ofrecen escasos estímulos y los presionan para llevar a cabo sus tareas.
El afecto es una necesidad que permite a los integrantes de la familia sentirse amados y aceptados. El amor puede demostrarse de diversas formas: a través de caricias, besos, palabras de aliento, señales de aprobación, regalos, detalles, etcétera.
Si la expresión de sentimientos se dificulta, es importante que se busquen formas para manifestarlos.
Recuerden que no es suficiente sentir cariño, sino también comunicarlo.
Los hijos, desde el nacimiento, requieren de ciertos cuidados y atenciones que los padres deben brindar.
Mantener una actitud responsable en la asistencia de los hijos, contribuye a su buen desarrollo.
Si se toma en cuenta la posición en la que se encuentran los hijos, se analizará la importancia de protegerlos en momentos donde es necesario.
Una de las necesidades básicas es el sentimiento de protección. Si éste no se percibe se puede generar una sensación de invalidez e incluso provocar indefensión ante situaciones problemáticas.
Las madres deben ofrecer una serie de estímulos para que sus hijos aprendan y se desarrollen en el ámbito intelectual y afectivo.
Un ejemplo de la importancia de ofrecer estímulos, lo constituye el lenguaje, el cual se desarrolla a partir de las palabras que escucha el bebé. Si en su entorno no escucha a gente hablando se presentarán dificultades para el desarrollo del mismo.
La situación anterior es similar a las restantes capacidades de desarrollo en el niño. Recuerde que la madre puede facilitar u obstaculizar el crecimiento de sus hijos.
Como ya se había mencionado, existen diversos mecanismos para obligarlos a realizar algunas tareas. La excesiva presión puede conducir a estados de angustia que afectan tanto la salud física, como mental de los sujetos.
Evite obligar a sus hijos con presión, ya que las instrucciones claras, acompañadas de estrategias de convencimiento, son efectivas y no causan daños a su salud.
Como ya se había mencionado, existen diversos mecanismos para obligarlos a realizar algunas tareas. La excesiva presión puede conducir a estados de angustia que afectan tanto la salud física, como mental de los sujetos.
Evite obligar a sus hijos con presión, ya que las instrucciones claras, acompañadas de estrategias de convencimiento, son efectivas y no causan daños a su salud.
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