Una mentira que se ha dicho acerca de las drogas es que ayudan a que una persona sea más creativa. La verdad es bastante diferente.
Alguien que está triste podría usar drogas para obtener un sentimiento de felicidad, pero no funciona. Las drogas pueden elevar a una persona a una falsa alegría, pero cuando el efecto de la droga desaparece, él o ella cae incluso más abajo que antes. Y cada vez, el hundimiento emocional es más y más bajo. Al final, las drogas destrozarán completamente su creatividad.
“Todo el tiempo que estuve en drogas pensaba que tenía control sobre mi vida y que había tenido éxito. Pero destruí todo lo que había construido y por lo que había luchado en mi vida. Corté toda relación con mi familia y amigos que no estaban en drogas, por lo que no tenía amigos sólo tenía a los compañeros con los que me drogaba. Cada día giraba en torno a una sola cosa: mi plan para conseguir el dinero que necesitaba para comprar drogas. Hacía lo que fuera para conseguir mi anfetamina, esa era lo único que me importaba en la vida”.
“Sentía que era más divertido cuando me emborrachaba. Poco después de empezar a beber comencé a consumir marihuana... Después, estaba en casa de un amigo fumando marihuana cuando alguien sacó una bolsa de cocaína. Aspirar cocaína se convirtió rápidamente en un hábito diario. Comencé a robar dinero del negocio de mis padres y de mis abuelos a diario para mantener mis hábitos diarios de alcohol, cocaína, marihuana y LSD. Posteriormente comencé a consumir OxyContin y lo comencé a usar de rutina. Para cuando me di cuenta era una adicta, aspirando OxyContin cómo parte de mi rutina diaria. Necesitaba algo más fuerte y así es como pasé a la heroína. No me frenaba ante nada para drogarme. Mi adicción estaba ganando. Y cada vez que trataba de dejarla, la compulsión física me obligaba a conseguir más”
No hay comentarios:
Publicar un comentario