El Ritalin es el nombre para el metilfenidato, clasificado por la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos como un narcótico de Clase II: la misma clasificación que la cocaína, la morfina y las anfetaminas. Los adolescentes la usan por su efecto estimulante.
Aunque el Ritalin se usa como fármaco recetado, puede tener graves efectos secundarios incluyendo nerviosismo, insomnio, anorexia, pérdida del apetito, cambios en el pulso, problemas de corazón y pérdida de peso. El fabricante dice que la droga causa dependencia.
En junio de 2005, la Administración de Alimentos y Drogas de EE.UU. publicó una serie de consejos de salud pública que advertían que el Ritalin y drogas como ésta pueden causar alucinaciones visuales, pensamientos suicidas y comportamiento psicótico, así como comportamiento agresivo o violento.
Un escritor lo expresó así: “Nunca se les dice a los padres: ‘Ah, por cierto, de vez en cuando muere algún niño simplemente por tomar el medicamento que se le recetó’. O ‘por cierto, los niños que toman estimulantes tienen el doble de probabilidades de consumir drogas’. O ‘Por cierto, un tercio de todos los niños que usan estos medicamentos desarrollan síntomas de comportamiento obsesivo compulsivo en el primer año’”.
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